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¿Sigue siendo igual? esta situación desordenada en realidad solo puede ser una expresión del desequilibrio de las dos energías primarias: la femenina y la masculina.
Ya se trate del individuo o del colectivo humano en su totalidad, si estas energías no están equilibradas, es decir, si una de ellas es dominante, entonces surge inevitablemente el desorden y la confusión.